Aida Alvarez, que acudió al Supremo acompañada de su abogado, vestía un traje de chaqueta de color amarillo y una blusa marrón y llevaba puestas unas gafas de sol.

Utilizó el ascensor para subir a la primera planta del edificio donde debía prestar declaración y se negó a contestar a las preguntas de los numerosos periodistas que la esperaban.

Por su parte, el abogado de la acusación particular, Marcos García Montes, manifestó a los informadores que la decaración de Aida Alvarez será fundamental para avanzar en el esclarecimiento de la trama Filesa.

García Montes dijo que la declaración de Alvarez puede servir para demostrar que toda la estructura del PSOE para recaudar fondos estaba organizada por ella y, posteriormente, por Guillermo Galeote. "Aida Alvarez", agregó, "está en el ojo del huracán de todo este procedimiento".

El letrado considera que, a partir de ahora, el caso Filesa está empezando a retomar el impulso. "Ha quedado claro que las emresas pagaban por nada y ahora tenemos que meternos con las personas que recibían estos fondos, cómo lo recibían y a dónde iban destinados".

García Montes anunció que, a partir de ahora, empezará a pedir penas de prisión para las personas encausadas en el procedimiento. "Creo que hay que seguir el ejemplo de los jueces 'manos limpias' y, si los ciudadanos ven que por delitos de supuesta corrupción no hay prisión, hay que empezar a pedir penas para ellos", indicó.