Biografías

Albareda, Carceller Segura y Fernández de la Mora, tres perfiles que desafían el relato oficial en la obra 'Heterodoxos'

MADRID
SERVIMEDIA

Tres figuras centrales en la política y la economía del siglo XX español, cuyas trayectorias se desplegaron en ámbitos de poder muy distintos, protagonizan algunos de los capítulos más reveladores de 'Heterodoxos', el volumen colectivo coordinado por la periodista Emilia Landaluce y publicado por Editorial Debate.

José María Albareda, Demetrio Carceller Segura y Gonzalo Fernández de la Mora comparten en estas páginas un rasgo común: sus trayectorias, decisivas en distintos momentos clave de la historia del siglo XX español, han sido con frecuencia interpretadas de forma parcial o encasilladas en categorías que no dan cuenta de toda su complejidad.

José María Albareda es presentado por Lino Camprubí como un científico pionero y difícil de encasillar en la España del siglo XX. Licenciado en Ciencias Químicas, se vinculó desde muy joven al naciente Opus Dei y fue clave en la creación y dirección del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tras la Guerra Civil. Impulsó la modernización del aparato investigador español, estableciendo nuevas estructuras e institutos científicos. Esa doble condición -tecnócrata reformista y hombre de Iglesia- ha tendido a reducirse en la historiografía, tanto por su papel como gestor científico en el franquismo como por la conexión entre su actividad técnica y su compromiso religioso, reflejando la dificultad de encasillarlo en categorías ideológicas simples.

El periodista José María Rondón presenta a Demetrio Carceller Segura como un hombre difícil de clasificar y protagonista de una trayectoria empresarial y política excepcional en la España del siglo XX. Ingeniero textil, alto ejecutivo del sector petrolero y ministro de Industria y Comercio entre 1940 y 1945, Carceller Segura destacó por su pragmatismo y gran capacidad negociadora, jugando un papel decisivo en episodios clave como la consolidación del sector petroquímico español y en las delicadas negociaciones económicas durante la Segunda Guerra Mundial.

Carceller Segura representó una versión ibérica del modelo estadounidense del hombre hecho a sí mismo, aunque su trayectoria haya quedado ensombrecida por una interpretación histórica que a menudo ha tendido a simplificar su figura, obviando la riqueza de matices que rodean una trayectoria vital mucho más heterodoxa y poliédrica.

Gonzalo Fernández de la Mora es retratado por Arcadi Espada en 'Heterodoxos' como un intelectual complejo y singular, figura destacada del pensamiento político español durante la segunda mitad del siglo XX. Exministro de Obras Públicas bajo el franquismo, alcanzó relevancia como teórico en obras señeras como 'El crepúsculo de las ideologías' (1965), donde anticipó el ocaso de las ideologías clásicas y defendió la primacía de la tecnocracia y la gestión económica por encima de la política de partidos.

Fundador de la revista 'Razón Española', dedicó sus últimos años a criticar con rigor el sistema democrático de la Transición desde el exterior del consenso dominante. Esa independencia de criterio y su rechazo a la “partidocracia” han llevado a una visión histórica que simplifica su legado, quedando olvidado en gran medida su verdadero alcance intelectual, la exigencia literaria de su obra y la singularidad de su pensamiento.

Las tres biografías se suman a las de otras figuras incluidas en 'Heterodoxos', como Federica Montseny, Mercedes Formica, Francisco Cambó, José Ortega y Gasset, Felipe Sánchez-Román o Mercedes Sanz-Bachiller. Con trayectorias que abarcan la política, la economía, la filosofía, el pensamiento social o la acción cultural, todos comparten la condición de personajes incómodos, a menudo interpretados de forma parcial y cuyo legado solo revela toda su complejidad cuando se examina fuera de los marcos convencionales.

(SERVIMEDIA)
13 Ago 2025
PAI