Así lo ratificó en declaraciones a los medios de comunicación al aterrizar, poco después de las 12, en el Aeropuerto Diori Hamani-Nyamey, en Níger, para comenzar una gira africana de dos días que le llevará también a Nigeria y Guinea Bissau.

Albares fue recibido al bajar del avión por el ministro de Relaciones Exteriores, Cooperación e Integración Africana, Hassoumi Massoudou, y la embajadora de España en el país, Nuria Reigosa.

CIERRE DE CRISIS

Con el anuncio de la celebración de la RAN en Rabat, consensuada entre Albares y su homólogo marroquí, Nasser Bourita, se consolida la nueva etapa de relaciones abierta entre ambos países para superar el grave conflicto diplomático que detonó la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado de covid-19.

Esa acogida, que terminó costando a la postre el cargo a la entonces ministra, Arancha González Laya, fue la espoleta que tensionó de manera inédita desde hace años los lazos diplomáticos entre Madrid y Rabat, que reaccionó con la inacción de sus guardias ante la entrada ilegal en Ceuta de cerca de 8.000 personas, muchas de ellas menores de edad.

Una discreta labor diplomática y una misiva del presidente del Gobierno al rey Mohammed VI, mostrando su apoyo a la postura marroquí sobre el Sáhara, abrieron la puerta a una nueva y mejorada etapa en las relaciones entre España y Marruecos, con la recuperación progresiva de la normalidad.

Después de la apertura de los pasos fronterizos, el regreso de la ‘Operación Paso del Estrecho’ y la visita del líder del Ejecutivo a Rabat, en pleno Ramadán, invitado por el monarca marroquí, el incidente por la acogida de Ghali parece que se enterrará definitivamente a principios de febrero con este encuentro trabajado desde hace meses por el departamento que lidera Albares y por él mismo.