Así lo dijo en la presentación en Madrid del informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), en la que también participó la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín.

Para Alegría, hay que trabajar hacia “una cultura en la que las nuevas tecnologías sean aliados y no elementos de distracción del entorno educativo”, aunque reconoció como “justificada” la preocupación que hay en la sociedad por el “mal uso” que se da a estas herramientas.

En este punto, la responsable del Gobierno de las políticas educativas pronosticó: “Vamos a llegar a un acuerdo con las comunidades autónomas”. Así lo dijo en referencia a la negociación que su departamento tiene abierta con las administraciones regionales tras proponer la prohibición del uso del móvil en los centros educativos en Primaria, pues “de 6 a 12 años no es necesario el móvil como herramienta educativa”, y “de 12 a 16 sólo cuando lo requiera el profesor”.

MEJORAR LECTURA Y MATEMÁTICAS

La ministra también aprovechó su participación en el acto para pedir que se dé “posibilidad a que se desarrolle” la nueva ley de Educación, la Lomloe, “que pone en foco las competencias” y se comprometió en “trabajar con las comunidades autónomas” en planes de “refuerzo”, “especialmente comprensión lectora y en la parte matemática”, “las lagunas” que ha arrojado el reciente informe PISA de la OCDE.

“Hay que mejorar esas posiciones”, dijo, y hacerlo “en coordinación con las autoridades educativas”. “Estamos a tiempo para poder hacerlo, pero no nos dejemos llevar por esa visión derrotista”, añadió refiriéndose a las ‘malas notas’ de España en el citado informe PISA en esas cuestiones.

En el encuentro de la Fundación CYD también se habló de tecnologías e inteligencia artificial, y Alegría puso en valor que la Alianza Steam, impulsada desde el Ministerio, ya cuenta con el respaldo de “más de 120 empresas y entidades” que trabajan “para revertir” los porcentajes de baja presencia de las mujeres en el ámbito científico y tecnológico.

A colación de ello, Botín puso en valor las “habilidades emocionales” que ofrecen las personas como ventaja sobre las máquinas y pidió “que las tecnologías no sean un coto cerrado a 1.000 personas en todo el mundo que entienden lo que hay detrás”, por lo que es necesario “un mínimo de reglas para que la tecnología esté al servicio de todos y la entendamos suficiente para poner límites, del mismo modo que en los colegios” para que “no acaben tomando decisiones por nosotros”.

También defendió la necesidad de promocionar el talento femenino en puestos de responsabilidad y se comprometió a que sean el 35% en su compañía para 2025.