Según señaló a Servimedia el doctor Enrique Buendía, presidente de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (Seaic), la situación será muy similar a la del año anterior, ya que "llovió mucho, hubo mucha polinización, pero como además no hizo nada de frío, comenzamos a ver en febrero pacientes afectados por pólenes de gramíneas, que suelen afectar durante los mese de abril, mayo y junio".

Este especialista recomendó a los alérgicos que adopten medidas de precaución para exponerse lo menos posible a los pólenes suspendidos en el aire y recordó que existen buenos filtros de pólenes en el mercado.

A su juicio, es vital que se realice un buen diagnóstico, no sólo de la enfermedad, sino de qué la produce. "Es fundamental que el paciente sepa que es alérgico al polen de las gramíneas, de la parietaria o del ciprés, porque puede evitar una exposición masiva a esos agentes no saliendo de la casa o cerrando las ventanas del coche cuando circule".

Desde el punto de vista farmacológico, aparte de los medicamentos para controlar los síntomas de nariz, ojos o bronquios, en los casos que sea necesario se aplican tratamientos con inmunoterapia, y para ello es impriscindible saber qué produce la alergia.

El presidente de los alergólogos reconoció que existen problemas de listas de espera para realizar las pruebas de alergias, "aunque también depende del lugar dode viva el paciente. En los servicios donde hay lista de espera se priorizan las pruebas, no es lo mismo un paciente con síntomas asmáticos que otro con rinitis".

También recordó que las alergias a pólenes no son iguales en todo el territorio del Estado. La sensibilización a las gramíneas es frecuente en el centro y norte de la península. En el Levante predomina la alergia a la parietaria y en el sur predomina la sensibilización a la olea.