De este modo, los recién nacidos que poseen el gen DRD4 son más sensibles a ciertos sonidos llamativos, de acuerdo con las investigaciones realizadas en el Hospital Sarah Herzog de Jerusalén.

Según el coordinador de esta investigación, el profesor Ebstein, tanto los bebés como los adultos que poseen esta variedad genética tienen un modo de responder al entorno que les rodea diferente al de los individuos que no tienen este gen. Así, un joven de 2 años que tenga el gen DRD4 deseará montar en bici, hacer alpinismo o correr a toda velocidad en un coche.

El profesor Ebstein cree que, gracias a estos resultados, podrían utilizarse test de conducta tempranos en bebés, con el fin de detectar ciertos rasgos de su carácter.

Sin embargo, el estudio ha sido acogido con escepticismo por algunos expertos, como el profesor James Swanson, de la Universidad de California, quien asegura que otros estudios anteriores no avalan la existencia del gen de la úsqueda de la novedad.