Cada kilómetro de esta nueva carretera ha costado unos 1.640 millones de pesetas y del total, ambas administraciones estiman que unos 6.000 millones han sido destinados a la seguridad de la obra, por las amenazas que ETA mantuvo durante tres años.

Después de seis años de obras y de más de 200 acciones terroristas y sabotajes, que han causado cuatro muertos, la autovía es ya una realidad que permitirá a los turismos recorer la distancia entre Pamplona y San Sebastián en unos 45 minutos, 33 menos que hasta ahora.

Desde las 16 horas, la carretera ha quedado abierta al tráfico. Unas horas antes, Alli y Ardanza, acompañados de diversas autoridades de ambas comunidades, se encontraron en el viaducto de Areso que une estos territorios.

En ese lugar, tras cortar una cinta conmemorativa, tomaron la palabra para expresar su satisfacción por ese momento. El primero en hablar fue el diputado general de Guipúzcoa, Elí Galdos seguido de Alli y Ardanza.

Todos ellos tuvieron palabras de agradecimiento para quienes han hecho posible la autovía y para los que "se quedaron en el intento", en referencia a los trabajadores que han fallecido durante estos años en la construcción de la autovía y a las cuatro personas asesinadas por ETA.

Tras destacar la importancia de la nueva vía en la comunicación y desarrolllo económico y social de Navarra y la Comunidad Autónoma Vasca, los responsables políticos destacaron la complejidad écnica del proyecto y el respeto medioambiental que ha primado a la hora de diseñar el trazado definitivo de la carretera.

A continuación, las autoridades realizaron un recorrido conjunto por la parte guipuzcoana de esta autovía y escucharon diversas explicaciones sobre las soluciones técnicas adoptadas para salvar las dificultades de un terreno de valles y montañas.