Así lo defendió en un telegrama dirigido a la Santa Sede a través de la Nunciatura y al cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en el que transmitió al papa Francisco y al propio Osoro sus “más sentidas condolencias” por el fallecimiento del Papa emérito y aseguró que, a lo largo de su “fecundo” pontificado e “incluso antes, junto a San Juan Pablo II", se recordaba "su humilde y abnegada labor al servicio del Evangelio y de la Iglesia”.

Una labor que, a su juicio, desempeñó “hasta agotar sus fuerzas”, convencido de que “el ejemplo de su vida y lúcido magisterio perdurará para siempre en la memoria de esta ciudad de Madrid”.

En este punto, subrayó que la capital tuvo el “inolvidable privilegio” de escucharle “de primera mano” durante su participación en la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebró en el año 2011.