AMNISTÍA INTERNACIONAL DENUNCIA MALOS TRATOS Y VEJACIONES A LAS MUJERES EN BRASIL
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Amnistía Internacional (AI) hizo público hoy un informe en el que denuncia los malos tratos y vejaciones que sufren muchas mujeres en Brasil. Entre otros, relata casos de mujeres a las que se afeita la cabeza por haber sido infieles y otras a las que se obliga a brindar favores sexuales para pagar deudas.
El informe, titulado "Nosotras recogemos los platos rotos. La experiencia de la violencia urbana para las mujeres de Brasil", desvela la situación de las mujeres que viven en las barriadas pobres de las ciudades brasileñas.
Según Tim Cahill, investigador sobre Brasil de AI, "para las mujeres de los barrios marginados de Brasil la realidad es catastrófica" y "son víctimas ocultas de la violencia criminal y policial que asuela sus comunidades desde hace decenios".
La organización de derechos humanos denuncia que la policía brasileña, en lugar de brindar protección a estas mujeres, "las somete a cacheos ilegales", las intimida y las insulta. Aquellas que luchan por conseguir justicia para sus hijos o esposos acaban en primera línea de fuego, expuestas a sufrir nuevas amenazas y hostigamiento por parte de la autoridad.
Según Cahill, "en la mayoría de las barriadas pobres, los señores de la droga y los jefes de las bandas son la ley". Es más, "dispensan castigos y protección y utilizan a las mujeres como trofeos o como objetos de intercambio en sus negociaciones".
Para AI, las mujeres, que también son utilizadas como "camellos" o como señuelos por las bandas de narcotraficantes, son consideradas "objetos de usar y tirar", tanto por los delincuentes como por los agentes de policía corruptos.
A toda esta situación hay que añadir el aumento de mujeres que acaban en el "superpoblado e insalubre sistema de prisiones de Brasil, sometidas a abusos físicos y psicológicos, incluida, en algunos casos, la violación".
NI MÉDICOS NI ESCUELAS
La situación de inseguridad y violencia que se registra en los barrios pobres de Brasil hace peligrar la prestación de servicios básicos, como la atención de la salud y la educación.
Si en una comunidad las clínicas están dentro del territorio de una banda rival, las mujeres pueden verse obligadas a recorrer kilómetros para ir al médico, por no hablar de los servicios de maternidad, las guarderías y las escuelas, que pueden estar mucho tiempo cerrados debido a operaciones de la policía o a la violencia criminal.
AI pide al Gobierno federal brasileño que adopte con urgencia medidas "a largo plazo y de largo alcance" para mejorar la vida de las mujeres de las comunidades marginadas. Un primer paso, afirma, debe ser incluirlas en el Programa Nacional de Seguridad Pública con la Ciudadanía.
(SERVIMEDIA)
17 Abr 2008
CAA