Harrison hizo esa consideración después de que el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), del Centro Europeo de Predicciones a Medio Plazo y que forma parte de la Comisión Europea, indicara que la Tierra vivió en 2023 el año más caluroso jamás registrado y se calentó 1,48 grados más respecto a los niveles preindustriales, muy cerca del límite de 1,5 grados recogido en el Acuerdo de París para evitar los peores efectos del cambio climático.

"Este alarmante historial muestra que el calentamiento del clima global se está acelerando rápidamente, con consecuencias cada vez más graves para los derechos humanos. Con los gases de efecto invernadero en la atmósfera en los niveles más altos jamás registrados, es cada vez más claro que hemos entrado en una era de inestabilidad climática profundamente preocupante”, indicó.

Harrison subrayó que “este calentamiento está empeorando las olas de calor y las sequías, aumentando los incendios forestales, intensificando las precipitaciones y generando tormentas más violentas, todo lo cual puede tener un efecto devastador en el medio ambiente, la biodiversidad y los grupos marginados”.

"A ocho años de la firma del acuerdo climático de París, el aumento de 1,5 grados en las temperaturas globales este siglo que incorporó como amortiguador contra los peores impactos del cambio climático se ha agotado”, añadió.

Por ello, señaló que los gobiernos deben apoyar “urgentemente” una transición equitativa hacia las energías renovables, pero añadió que “con demasiada frecuencia optan por violar o diluir compromisos climáticos previos y evadir sus responsabilidades en materia de derechos humanos”.