En el naufragio fallecieron 21 personas de las que una docena continúan desaparecidos y fueron rescatados tres supervivientes: el patrón del buque, Juan Padín; su sobrino, Eduardo Rial; y el marinero de nacionalidad ghanesa Samuerl Kwesi.

Según el testimonio del marinero que había trabajado en el 'Villa de Pitanxo', el barco no tenía escalera de estribor en cubierta para acceder a las balsas salvavidas, por lo que los embarcados sólo tenían una vía de escape, por debajo del puente, en caso de naufragio. Además, denunció jornadas de trabajo maratonianas. Ambos coincidieron en señalar que ante de salir a faenar no se realizaron simulacros.

También este lunes declararon como investigados en esta misma causa dos responsables del Grupo Nores, la empresa armadora del 'Villa de Pitanxo', que aseguraron en respuesta a su abogado y la representación de la empresa que el buque estaba dotado de las medidas de seguridad preceptivas y que había trajes de supervivencia para todos los tripulantes.

El marinero Samuel Kwesi aseguró que el origen del naufragio estuvo en un mal funcionamiento de los motores que recogen el aparejo, lo que motivo la escora del barco y su naufragio. Además, el hombre dijo haber sido objeto de presiones para no poner en cuestión la versión del patrón, que está acusado de delitos de homicidio imprudente y contra los derechos de los trabajadores.

También declararon este lunes dos marinos del barco portugués 'Novo Virgem da Barca', que acudió en auxilio de los náufragos, y que afirmaron que vieron a alguno de los fallecidos en el agua portando el traje de supervivencia.