Esta monografía, que fue realizada a partir de diversas fuentes estadísticas, muestra que la participación de la mujer en determinadas actividades, puestos de trabajo o sectores de superior categoría es menor a la que, por su proporción demográfica y cualificación, le correspondería.

En el año 2002, el 34,6% de la población femenina ayor de 15 años y el 37,2% de la correspondiente población masculina había alcanzado al menos la Educación Secundaria de segunda etapa.

La tasa de abandono del sistema educativo entre los 14 y los 17 años para el periodo lectivo 1999-2000, es decir, el porcentaje de la población de 14 años escolarizada en el periodo lectivo 1996-1997 que no llega a escolarizarse en el 1999-2000 a los 17 años, fue de 29,5 para los hombres y de 19,9 para las mujeres. En cuanto al profesorado universitario, el 34,2% eranmujeres en el curso 1999-2000.

MERCADO LABORAL

Según el INE, el mercado de trabajo está profundamente sesgado por la variable género. Así, cabe destacar que en las categorías de activos y ocupados son mayores los porcentajes de hombres. Por el contrario, en las categorías de inactivos y parados son mayores los porcentajes de mujeres.

Entre los ocupados a tiempo parcial es notablemente superior el porcentaje de mujeres (80%), mientras que la mayoría de los ocupados a jornada completa son hombres(66%).

Por su parte, entre los asalariados son mayoría los hombres (60,61%). La mayoría de los empresarios son hombres (73,57%, frente al 26,43% de mujeres). Entre los ocupados, según su condición socioeconómica, es donde mejor se aprecia la desigualdad de género.

De las 19 categorías analizadas, sólo en dos son mayoría las mujeres: resto del personal administrativo y comercial y resto del personal de los servicios. Las tasas de actividad de varones y mujeres por grupos de edad también muestran dferencias significativas. Las tasas de actividad de los hombres presentan una evolución estable durante la última década para todos los grupos de edad.

En contraste, las tasas de actividad femeninas presentan tendencias ascendentes en diferente grado para todos los grupos de edad, excepto para los más jóvenes (de 16 a 19 y de 20 a 24 años) en los que la tendencia es descendente. Se observa, además, un descenso en el nivel de las tasas de actividad conforme aumenta la edad de la mujer desde los 25 a lo 64 años.

Por otro lado, se ha producido un lento ascenso del porcentaje de mujeres funcionarias en los últimos años, hasta superar la cota del 50% en el año 2002. Esto supone que, globalmente, las mujeres están adecuadamente representadas en las Administraciones Públicas en relación con su peso demográfico. Sin embargo, la participación de la mujer en los altos cargos de la Administración Pública es muy escasa (16,03%).

En el ámbito del poder judicial la representación femenina (39,71%) es inferor a su proporción demográfica, situación que se acentúa en los tramos superiores de la escala (34,77%).

SALUD

Las mujeres se declaran, en general, con peor salud que los hombres, según las distribuciones porcentuales del módulo de Salud de la Encuesta sobre discapacidades, deficiencias y estado de salud.

En general, las mujeres son quienes padecen las enfermedades crónicas con mayor intensidad. En cambio, los varones sufren accidentes en mayor proporción (53,9%) que las mujeres (46,1%), siendoesta proporción casi del doble si se trata de accidentes de tráfico (62,1% y 37,9%, respectivamente).

Del total de personas víctimas de violencia física en 1999 el 61,6% son hombres y el 38,4% mujeres; y del total de personas que dicho año recibieron servicios sanitarios o sociales el 53,3% fueron mujeres.

Otros datos de este estudio son que una parte sustancial del colectivo femenino abandona el trabajo profesional cuando pasa a ocuparse de la vida privada familiar, tras el matrimonino o el naciiento del primer hijo, y que las mujeres perciben menos ingresos que los hombres.