En Argelia han perdido la vida más de 80.000 personas desde el año 1992, unas 2.000 han desaparecido y la práctica de la tortura se ha convertido en algo generalizado, según los datos de Amnistía Internacional.

Según denuncia la organización, la pasividad del Gobierno argelino está propiciando el clima de confusión y la espiral de violencia en ese país, y por ello urge a las auoridades de Argelia y a la comunidad internacional a que tomen iniciativas eficaces tendentes a poner fin a tan grave situación.

Amnistía Internacional ha solicitado a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que convoque una sesión especial en la que se acuerden medidas eficaces a la hora de buscar solución a esta situación que vive la población civil argelina y que desenmascare a los responsables de las matanzas.