Así lo señaló Francina Armengol en su discurso con motivo del Día de la Constitución, que reunirá en el Palacio de las Cortes también al presidente del Senado, el presidente del Gobierno, y otras autoridades del Estado, representantes parlamentarios y miembros de la sociedad civil.

Armengol aseveró en la celebración del 47º aniversario de la aprobación de la Constitución que la transición “fue una prueba de fuego que curtió a la sociedad civil y a la clase política española en la cultura del acuerdo”.

Tras recordar que en enero se cumplirán 40 años del acceso de España a lo que hoy es la Unión Europea, y señala el aniversario celebrado por el medio siglo desde la muerte del dictador Francisco Franco, Armengol aseguró que en la Carta Magna “caben nuevos derechos, nuevas libertades”.

A este respecto, cabe recordar que el 14 de octubre pasado el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de reforma del artículo 43 de la Constitución para garantizar el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo.

De lograrlo, subrayó el Ejecutivo, España se convertiría en el segundo país del mundo en recoger el derecho al aborto en su Constitución, después de que Francia lo hiciese en 2024”.

Por otra parte, Armengol afirmó que la Constitución se “escribió mirando a Europa”, y apuntó que “ahora podemos situar Europa en nuestra Constitución”. “Podemos adecuarla a la diversa realidad territorial de nuestro país, hacer de ella un texto del siglo XXI”, recalcó, sin concretar en qué sentido iría dicha reforma.

ESTADO DEL BIENESTAR

Armengol también dijo que no se puede permitir que “la herencia europea se cuestione y se destruya”, y en esa herencia incluyó “la sanidad pública, la educación pública, la atención a la dependencia, o las políticas de redistribución de la riqueza”.

La presidenta de la Cámara sostuvo que “las leyes son nuestras, de la ciudadanía; que emanan de la voluntad popular y sus necesidades; que se ajustan, que se transforman según avanza la sociedad a la que representan”.

En este punto, no dejó de mencionar la crisis del acceso a la vivienda, y reclamó “medidas transformadoras desde lo público”, para garantizar el cumplimiento del artículo 47 de la Constitución.

Asimismo, enfatizó que es necesario “erradicar la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones, hasta que ser mujer deje de ser indicador de riesgo para morir asesinada o sufrir discriminación”.

Entre otros aspectos que señaló Armengol, mostró especial atención a la lucha “contra la desinformación y los discursos racistas”, algo que enlazó con la defensa de los principios democráticos “ante los discursos que ven, en la pérdida de libertades, una ventaja y un atractivo”.

Finalmente, dirigiéndose a los jóvenes, instó a ofrecer “a su generación y a las que les siguen, una vida que valga la pena ser vivida”. “En ningún lugar está escrito que una generación tenga que vivir peor que la de sus padres y ese no puede ser el mensaje que mandemos a los y las jóvenes de nuestro país”, concluyó.