Arzalluz, que compareció ante los periodistas tras su reunión con Aznar, dijo que la comida ha mejorado batante en La Moncloa, aunque se permitió bromear sobre este hecho, al afirmar que quizás sea porque Aznar lleva poco tiempo en el Gobierno y que habrá que confirmar con el tiempo si continúa esta tendencia.

Ante la pregunta de cuál había sido el menú, el político vasco describió con todo lujo de detalles los platos que les fueron servidos. De entrada, ambos comensales tomaron un jamón "fenómeno", a decir del dirigente peneuvista.

El primer plato consistió en unos pimientos del piquillo rellenos dechipirones y con salsa negra, que obtuvieron para Arzalluz la calificación de "bastante logrados".

A continuación fueron servidos unos solomillos "riquísimos", acompañados de patatas fritas y guisantes. Para el postre se podía elegir entre las natillas o un helado, aunque Arzalluz tomó ambas cosas "para no hacer desprecio", indicó.

El almuerzo estuvo regado con vino de la ribera del Duero, que también fue del gusto del presidente del PNV, y finalizó con un café. Buena prueba de la opípara comida ervida fueron las interrupciones de Arzalluz en su parlamento con los informadores para tomar agua.