Juan Manuel López, portavoz de la asamblea, explicó a Servimedia que el colectivo está muy interesado en hablar con la ministra, para exponerle la necesidadde llevar a cabo una campaña de concienciación ciudadana, en la que participen la televisión, la radio y la prensa, y cuyo fin primordial sea inculcar en la sociedad las ideas del respeto y la tolerancia hacia otras etnias y otros pueblos.

López cuestionó el compromiso escrito de la Comunidad de Madrid que garantiza la paralización de las obras en el asentamiento de Los Molinos, hasta que se elabore una solución al conflicto, que pasa por un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid.

Recordó que si e Consorcio para el Realojamiento decidió en su día llevar a cabo el realojo de 88 familias gitanas en Villaverde Bajo, "el hecho de que el proyecto no se materialice puede significar un acto administrativo fallido y, lo que es más grave, el incumplimiento de una serie de compromisos cuyos responsables tendrían que rendir cuentas ante un tribunal administrativo".

"No se entiende muy bien cúales son las decisiones que les han hecho cambiar de opinión para que en vez de 88 sean 44 las familias que vayanser alojadas", añadió.

MISA DE CAMPAÑA

Por otra parte, el representante de la Asamblea Cívica de Villaverde reiteró sus criticas a un párroco de Villaverde Bajo que el pasado domingo ofició una misa de campaña junto al asentamiento de Los Molinos, a la que asistieron varios centenares de vecinos que se oponen al realojo.

López citó un documento episcopal sobre la integración del sacerdote en la sociedad mediante su trabajo pastoral, que señala que no es lícito que los cristianos se sirvan del vangelio para defender como exclusivas sus particulares opciones politico-sociales.

"Tampoco lo es", añade el documento, "organizar actos religiosos como instrumentos o propaganda de particulares de ideologías o posturas políticas".

La Asamblea Cívica remitió una carta al arzobispo de Madrid-Alcalá, el cardenal Angel Suquía, para que amonestase a este sacerdote, por entender que su comportamiento significó el respaldo de la Iglesia católica a un grupo determinado de vecinos que mantienen posicions racistas.