Las tres asociaciones reconocieron que, aunque la climatología ha sido buena para sus cultivos, los precios en origen y el aumento de los costes les ha llevado a una situación de pérdidas generalizadas.

“La campaña de cereales arranca con números rojos para nuestros agricultores”, advirtieron.

Asaja, COAG y UPA también acusaron a la UE de haber cometido un “grave error” al permitir una “entrada masiva” de grano procedente de Ucrania, que en el caso de las importaciones de trigo blando se han multiplicado por siete, lo que ha distorsionado los mercados y ha expulsado al cereal español, según su denuncia.

Asimismo, recordaron que en los últimos 20 años se han perdido cerca de un millón de hectáreas de cultivos herbáceos en España, desplazadas en su mayoría por cultivos leñosos, lo que supone una amenaza a la viabilidad de los cultivos tradicionales.

“Si hoy España mantiene cierta producción cerealista es gracias al esfuerzo de los agricultores y a la innovación en semillas e insumos. Pero eso no basta frente a un mercado desregulado que les deja vendidos”, agregaron.

Para solucionar la situación que atraviesan, las organizaciones reclamaron de forma urgente la revisión inmediata del acuerdo comercial con Ucrania, la puesta en marcha de una línea de ayudas económicas específica para los cerealistas españoles y la activación de una ayuda directa para compensar el sobrecoste de los fertilizantes.