Villarejo está acusado de cohecho pasivo y descubrimiento de secretos cometido por funcionario en la pieza ‘Marbella’, al haber usado medios y archivos policiales para investigar al empresario Felipe Gómez Zotano en 2015 por encargo de una mujer que mantenía una disputa judicial con él por un proyecto inmobiliario en Málaga. Anticorrupción pide para el excomisario nueve años de prisión.

En las cuestiones previas, el abogado de Villarejo denunció una “investigación prospectiva” y pidió que declaren como testigos en la vista oral el que fuera director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sánz Roldán y el exfiscal jefe de Anticorrupción Manuel Moix y también que la declaración del su defendido se produzca al final del juicio.

Tras la exposición de las cuestiones previas, la presidenta del tribunal, Teresa Palacios, decidió suspender la vista atendiendo la petición de Redondo, que salió de la sala para someterse al análisis forense. El socio de Villarejo está ejerciendo su propia defensa en el juicio. El resto de las defensas se sumaron a la petición para no “perjudicar” la salud del procesado. Pese al aplazamiento acordado, la presidenta del tribunal ha insistido en que se realizara el trámite de cuestiones previas.

La Fiscalía pidió en ese momento que se incorporen a la causa tres correos electrónicos que se aportaron después de haberse presentado el escrito de acusación. Se trata de mensajes intercambiados entre Redondo, a mujer que hizo el encargo y el empresario espiado.

Junto a Villarejo se sientan en el banquillo el expolicía Antonio Bonilla, sobre el que pesa una petición de nueve años de prisión y el exinspector jefe Constancio Riaño, para quien la Fiscalía pide ocho años de cárcel.