Se cierra así un largo proceso de negociación de más de dos años, iniciado con la publicación del citado informe, que culminó con una positiva evaluación del sistema veterinario español por parte de las autoridades veterinarias australianas, tras dos visitas de inspección realizadas en septiembre de 2005 y enero de 2006, respectivamente. Así queda abierto a los productores español de jamón un mercado de más de veinte millones de consumidores.

Para poder comenzar este tipo de exportaciones, las empresas interesadas deberán obtener un permiso de importación del "Australian Quarantine and Inspection Service", organismo que realizará una serie de muestreos analíticos de los productos a su llegada a Australia.