Pero, a pesar de que la medida fue bien acogida por los madrileños, que reconocieron que los árboles que simbolizan la capital embellecen el entorno, a los pocos días, algunas de las flores plantadas junto a los madroños, así como pequeños brotes de los árboles, fueron arrancados por algunos desaprensivos.

No obstante, la intención del área de Medio Ambiente es que esos ndividuos desistan de realizar esas acciones, "por cansancio". Para ello, los responsables de la concejalía están dispuestos a reponer los desperfectos ocasionados a las flores o jardineras, cada vez que éstos se produzcan.

"No porque nos cueste más dinero o más trabajo vamos a abandonar la idea de tener un Madrid más bonito", afirmó Mato.

Los 15 madroños de más de medio siglo de edad y 4 metros de altura que ahora decoran el kilómetro cero de la capital estarán acompañados a principios de 1992 pr otros 15 árboles de la misma especie.