En su primera aparición pública, en el balcón de la sede del PP, tras conocerse la apabullante victoria del PP en estas elecciones Aznar ha seguido el mismo mensaje de colaboración que Javier Arenas había señalado una hora antes.

Acompañado por su esposa, Ana Botella, por el propio secretario general del PP y por Rodrigo Rato y Mariano Rajoy, Aznar ha dicho que esa colaboración que ofrece es "plenamente abierta", a pesar de que podrá gobernar en solitario con 183 diputados.

El jefe del Ejecutivo ha defendido la necesidad de que "buscar acuerdos en los asuntos capitales siga siendo la sustancia viva y una prueba de lo que dee ser la buena marcha democrática del país".

Desde el "respeto" y "consideración" a sus rivales, Aznar ofreció la "búsqueda de los más amplios puntos de encuentro". La referencia a sus rivales políticos generó una oleada de pitos entre los congregados, que fueron aplacados con gestos por Aznar.

En medio del griterio de los miles de personas que se agolpaban a las puertas de la sede de la calle Génova y alrededores, Aznar bromeó con sus seguidores diciéndoles que no sabía si se habían dado cuenta e que el PP había ganado. Esta broma fue acogida con un verdadero delirio de los simpatizantes del PP, que pidieron reiteradamente "¡Que vote el presidente!", sin conseguirlo.

GENEROSIDAD

"Los españoles han sido muy generosos con nosotros y nosotros sabremos agradecer con nuestro esfuerzo, trabajo y dedicación, y corresponder a esa generosidad que España ha depositado en nosotros", insistió.

El presidente del Gobierno ha reconocido, en alusión a que la victoria de 1996 fue escasa (156 diputados, que "muchos de los sueños que teníamos tantos años, los hemos visto hechos realidad" esta noche. Y todo ello, después de una campaña electoral del PP "limpia y ejemplar que ha culminado muchos años de esfuerzo y sacrificio".

Aznar ha tenido palabras de recuerdo para los asesinados por ETA, momento en que los congregados intercalaron el grito "ETA asesina" con la popular copla "¡Que viva España!, de Manolo Escobar.

El presidente salió al balcón de la sede del PP compañado únicamente por su espos, Ana Botella, a la que abrazó y besó entre los aplausos de sus seguidores y los gritos de "¡Torero, torero!", antes de hacer salir a sus más directos colaboradores, Mariano Rajoy, Rodrigo Rato y Javier Arenas.