La revista, que lleva este tema a su portada bajo el irónico título de "¿Ha visto alguien a los conservadores europeos?", empieza por señalar que José María Aznar es el único jefe de Gobierno de derehas que queda en la Europa de los Quince y añade que el Partido Popular ha huido de esa etiqueta desde que llegó al poder, girando hacia la izquierda, porque en España el derechismo político despide "tufo" a fascismo para gran parte del electorado.

"The Economist" apunta que José María Aznar se puso en contacto el año pasado con Wolfgang Schäuble, el nuevo líder de la Unión Democratacristiana Alemana (CDU), y con Jean-Claude Juncker, el primer ministro socialcristiano de Luxemburgo "para hablar acercade una alternativa a la 'Tercera Vía': alguna fórmula de centro derecha para entusiasmar en los titulares y seducir a los votantes".

Para la revista, "lo que esto pueda ser, aparte de hacer marketing con los valores existentes de la democracia cristiana del continente, es, por decir lo mínimo, vago".

No obstante, "The Economist" afirma que los partidos de la derecha europea están divididos en cuanto seguir una estrategia de vuelta a los valores conservadores al estilo de Margaret Thatcher o adoptr "el modelo español".

"Los que están en favor de ocupar el centro", explica, "hablan a menudo del modelo de España. Con Aznar, el Partido Popular, queriendo marcar distancias del legado de Franco, ha avanzado firmemente hacia la izquierda, poniendo menos énfasis en el liberalismo económico y más en la necesidad de un gobierno compasivo".

"En España, como ocurre en Italia y en Alemania, incluso el término 'la derecha' hace que el Partido Popular ponga mala cara, por miedo a que la etiqueta arraste el tufo histórico del fascismo", agrega la revista.