Macroeconomía

El Banco de España elevará la previsión de crecimiento del 1,6% hasta el entorno del 2% para este año

- El organismo calcula que el PIB está un 0,2% por debajo de los niveles prepandemia y espera cerrar la brecha con Europa en el medio plazo

- Pide que la recuperación de la renta per cápita sea "uno de los objetivos fundamentales" de la política económica española

MADRID
SERVIMEDIA

El Banco de España revisará al alza su estimación de crecimiento del PIB para 2023 tras la buena evolución de la economía española en el primer trimestre, y sopesa elevar su previsión macroeconómica desde el 1,6% actual hasta cerca del 2%.

Así lo avanzaron fuentes del organismo en referencia al informe anual publicado este miércoles, en el que el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, habla de "señales de un dinamismo renovado" de la economía y afirma que el nivel del PIB real se sitúa ya un 0,2% por debajo de los niveles prepandemia.

La institución reconoce en el texto que la economía se comportó en la segunda mitad del año y al inicio de 2023 "mejor de lo que se anticipaba". Entre los factores de esta mejor marcha, se apunta al "dinamismo" de las exportaciones, la recuperación del turismo y el crecimiento del empleo, que se ha visto favorecido en el periodo reciente por una reducción de los salarios reales, un descenso de la media de horas trabajas por trabajador y un impulso del sector público.

Este mejor avance de lo esperado permite augurar que la evolución de la actividad hasta 2025 cerrará de forma "gradual" la brecha existente tras la pandemia entre el PIB español y el del área del euro, que ya se sitúa un 2,5% de media por encima de los niveles prepandemia.

Esta expansión de la economía se sustentaría, según el Banco de España, en una disminución de las presiones inflacionistas, que "contribuirá a la recuperación de las rentas reales de hogares y empresas", así como en la intensificación del despliegue de los fondos europeos vinculados al programa Next Generation EU.

Estos dos factores, junto a la evolución reciente del PIB, han hecho que el Banco de España se plantee revisar su previsión macroeconómica para este año y elevarla hasta cerca del 2%. Esta futura corrección se acercaría al augurio del Gobierno, que habla de un 2,1%. Asimismo, de cara a 2024 y 2025, el organismo vaticina que la aceleración progresiva de la actividad permitirá que el crecimiento del PIB supere el 2% en promedio anual.

No obstante, estas estimaciones pueden variar, ya que la incertidumbre es aún "elevada y persistente", y existen "riesgos" de que se materialicen "escenarios menos positivos". Entre ellos, la posibilidad de que se produzcan nuevos episodios de inestabilidad geopolítica global que conllevasen alzas de los precios energéticos, un ritmo de descenso de la inflación subyacente menor de lo deseado por "la fortaleza de la demanda", o la posible aparición de efectos de segunda vuelta sobre márgenes o salarios. También tendría consecuencias un endurecimiento adicional de la política monetaria, ya que el Banco Central Europeo (BCE) podría volver a subir los tipos de interés si la inflación persistiese a escala europea.

INFLACIÓN

En este sentido, el Banco de España reitera en el informe que, tanto en Europa como en España, las medidas para combatir la inflación "no se han orientado suficientemente hacia los agentes más vulnerables al shock inflacionista", por lo que se han atacado los efectos sobre estos colectivos a un coste fiscal mayor.

Esta afirmación se sustenta en un cálculo del organismo que cifra entre el 80% y el 85% el coste presupuestario destinado a suavizar los aumentos de precios de algunos de los bienes que más se han encarecido, entre ellas, las rebajas del IVA de la electricidad y los alimentos; siendo el resto del gasto fiscal orientado a sostener las rentas de los colectivos más vulnerables con medidas como el cheque de 200 euros.

El organismo reconoce que las iniciativas que establecen límites a los precios o reducen impuestos "tienen la ventaja de que su aplicación es relativamente sencilla" y producen efectos inmediatos, pero advierte de que "introducen distorsiones en las señales proporcionadas por los precios, de modo que reducen los incentivos para contener su consumo y fomentar su uso eficiente", además de implicar "un traslado de la inflación en el tiempo" por su temporalidad, de forma que el IPC podría volver a repuntar una vez que dichas actuaciones se retiran.

Asimismo, dado que estas medidas son generalizadas, "pueden suponer un impulso fiscal excesivo y un elevado coste presupuestario, aspecto que es particularmente relevante en países, como España, que disponen de un margen de actuación fiscal limitado". Por ello, el Banco de España concluye que "un diseño de las medidas mejor enfocado hacia los agentes más vulnerables habría sido más eficaz para mitigar, con un coste fiscal menor, el impacto de la crisis inflacionista sobre dichos agentes y, a la vez, minimizar el posible impacto inflacionista".

RENTA PER CÁPITA

Por último, el Banco de España señala en su informe que converger la renta per cápita de España con la de Europa "sin acumular otros desequilibrios macroeconómicos" debe ser "uno de los objetivos fundamentales" de la política económica española.

El informe recuerda que, en las últimas décadas, el crecimiento del PIB "no ha sido suficiente para lograr la convergencia con el nivel de renta per cápita del área del euro" por "la persistencia" de una baja productividad y una tasa de empleo "reducida".

En este sentido, indica que desde 2005 el proceso de convergencia con la eurozona "se ha detenido e incluso revertido". Así, el diferencial mínimo del 8,8% que se registró hace 18 años se elevó hasta el 13% en 2019 y hasta el 17% en la actualidad en 2022, "de acuerdo con los datos más recientes".

(SERVIMEDIA)
10 Mayo 2023
PTR/gja