Blanco señaló, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Servimedia, que ahora tiene "la obligación de trabajar por los españoles, vivan donde vivan".

En este sentido, manifestó que los ciudadanos "no tienen por qué sufrir consecuencias porque en el Ministerio de Fomento esté un dirigente del Partido Socialista y en la Comunidad de Madrid una persona del Partido Popular", en referencia a las discrepancias habidas entre la anterior titular de Fomento, Magdalena Álvarez, y la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre.

Para dejar claro el cambio en su dialéctica como dirigente socialista y como ministro de Fomento, el vicesecretario general del PSOE explicó que antes su función se centraba en "hablar con claridad y responsabilidad" y decir lo que pensaba sobre la actuación del Partido Popular.

De hecho, se refirió con ironía a una anécdota según la cual a su madre, cuando paseaba por su pueblo de Lugo, las demás mujeres le decían que "su hijo es muy malo, malísimo", a lo que ella respondía que "es el mejor de la familia".

Pero ahora, remarcó, está en el Gobierno de España y su obligación es "gobernar para todos los ciudadanos, más allá de su pensamiento político", y entenderse "con todas las instituciones".

"Eso no quiere decir que no vaya a hablar claro, aunque lo haré siempre desde el respeto institucional y tratando siempre de buscar el acuerdo y la concertación", apostilló.