Borrell participó en la presentacón de un estudio sobre "La financiación de obras de infraestructuras por medios extrapresupuestarios", elaborado por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio y dado a conocer hoy por su presidente, Guillermo de la Dehesa.

El responsable de Obras Públicas explicó las líneas básicas de actuación de su ministerio en los próximos años, entre las que destacó el Plan General de Infraestructuras 1993-2007, que deberá presentar a las Cortes antes del mes de septiembre, y un programa para las grandes ciudade, excluídas Barcelona y Sevilla, que se pondrá en marcha a partir de lo que denominó el "post 92".

El ministro aseguró que todavía no se ha decidido cómo se financiará el Plan de Infraestructuras, al tiempo que señaló que el debate no gira tanto en torno a los mecanismos de financiación, sino a la repercusión del coste de las infraestructuras en la sociedad, es decir, a "si paga el usuario o el contribuyente".

En cuanto a la financiación de las autopistas, señaló que "el peaje puede formar parte e una solución para mantener el esfuerzo inversor, pero no limitarnos a ella". Según el ministro, este peaje, si se estableciese, no afectaría a las autopistas ya construídas.

Otras fórmulas de financiación de las infraestructuras apuntadas por el ministro como complemento a los presupuestos fueron el impuesto sobre carburantes de automoción y la tasa por el uso de infraestructuras.

A este respecto, José Alberto Zaragoza, secretario general de Planificación y Concertación Territorial, que tambiénparticipó en el acto, dijo que un impuesto sobre el carburante de una peseta permitiría recaudar 20.000 millones, mientras que una tasa por uso de infraestructuras asequible aportaría en torno a 70.000 millones de pesetas.

Borrell citó también el caso de Alemania, donde el Gobierno encarga a empresas privadas que construyan infraestructuras y luego las compra, pagándolas en un plazo de unos 20 años, y el de Francia, donde las infraestructuras las realizan empresas públicas y no van con cargo a los preupuestos.

En cuanto a los puertos, se mostró partidario de trasladar el modelo de financiación del de Bilbao a todos los demás y se preguntó si esta fórmula podría extenderse a las carreteras y al ferrocarril. A este respecto, dijo que "en parte sí".

"PAGAR EL URBANISMO"

El ministro se refirió también a la fórmula de financiación denominada "hacer pagar el urbanismo", que consiste en que los beneficiarios del cambio de valor del suelo motivado por la realización de nuevas infraestructuras pague una contribución, modelo en el que, a su juicio, "habrá que poner énfasis".

En su opinión, no existe un tipo de financiación más adecuado que los demás, ya que "las distintas fórmulas tienen ventajas e inconvenientes". "En España", explicó, "tenemos de todo un poco y eso hace difícil buscar soluciones globales".

Para Borrell, la iniciativa privada debe entrar en las infraestructuras a las que el presupuesto del Estado no pueda hacer frente. No obstante, resaltó que la financiación privada tambié tiene sus límites, ya que "la rentabilidad empresarial de muchas inversiones en infraestructuras que el país necesita es más que dudosa".

En cuanto a la reforma del "decreto Boyer" que prepara el ministerio, señaló que "no creo que tarde más de dos o tres semanas en ir al Parlamento". Manifestó que la modificación de la normativa que regula los alquileres de renta antigua no es un compromiso electoral y que no está previsto hacerlo a corto plazo, porque "hay que abordarlo con mucha prudencia y con elconsenso político, ya que hay millones de personas afectadas".

Por su parte, Guillermo de la Dehesa coincidió con Borrell en que no existe ningún tipo de financiación que pueda decirse que es el más adecuado, ya que "todos tienen sus pros y sus contras". El estudio sobre la financiación extrapresupuestaria del Consejo Superior de Cámaras de Comercio analiza las fórmulas utilizadas en otros países, especialmente en Estado Unidos, sin inclinarse por uno u otro sistema.