Ante las insistentes preguntas de los periodistas acerca de su desajustes con el secretario general, Joaquín Almunia, y el posible traslado de esta cuestión al Comité Federal del próximo sábado, Borrell eludió debatir sobre el liderazgo en el PSOE y agregó que "lo haremos donde toque y cuando toque".

Después de reunirse con el Consejo de la Juventud de España, el candidato socialista esquivó las preguntas sobre este asunto, argumentando que la invitación de los jóvenes no podía ser aprovechada "para entrar en temas en los que creo que no debo entrar en todo mometo y ocasión".

Insistió en que el PSOE trabaja con la hipótesis de que el Gobierno agote la legislatura, y aseguró que para entonces los socialistas tendrán "un programa y una candidatura capaz de aglutinar de nuevo a una mayoría social de progreso en torno a ambas cosas, a las personas y a las propuestas, a ambas cosas".

Tampoco quiso referirse a la posibilidad de asumir la interlocución del PSOE con el presidente del Gobierno, por entender que su papel como candidato le exige tener una "permanete" presencia social y política, pero "no todo se acaba en los diálogos entre responsables políticos".

"La vida continúa y lo fundamental es hacer lo que estoy haciendo esta mañana, estar a la escucha de lo que la sociedad plantea, de los problemas que tiene, como única forma de ofrecer un programa electoral que sea capaz de aglutinar una mayoría social de progreso", concluyó.