Así lo afirmó la directora de la representación de la Comisión Europea en España, María Ángeles Benítez Salas, en su comparecencia en la Comisión Mixta para la Unión Europea, donde intervino de cara a los preparativos de la presidencia española, que se producirá durante el segundo semestre de este año.

Benítez reconoció que España está ante una tarea “extremadamente complicada”, dado el gran número de “prioridades políticas” que se pondrán sobre la mesa.

Entre otras cosas, el Consejo de la Unión Europea deberá pronunciarse durante la Presidencia española sobre la adhesión de Ucrania Moldavia y Georgia a la Unión Europea; aprobar los informes de Estado de Derecho o las sanciones a Hungría y Polonia por la vulneración de derechos fundamentales; aprobar el presupuesto anual; y valorar la puesta en marcha del Plan de Recuperación.

También deberá discutir “en plena” Presidencia española sobre el paquete de defensa de la democracia que Bruselas prevé aprobar para mayo, así como sobre la resolución de una posible cumbre de paz para poner fin a la invasión rusa de Ucrania.

Estos son algunos de los asuntos que se tratarán bajo la Presidencia española y para los que Bruselas pidió a España actuar con un “rol” de “honest bróker”. “Una especie de intermediario imparcial. Su papel y objetivo es alcanzar compromisos sobre las propuestas que se están discutiendo. No insistir solamente y repetir las posiciones nacionales. Debe tener en cuenta todas las opiniones de los Estados miembro para poder formular compromisos. Moverse a muchas bandas”, declaró.

No obstante, Benítez reconoció que será España la que dé “alma” a la lista de prioridades y la que elija en “lo que se va a poner el acento”, pero subrayó que no se puede dar la espalda a ninguno de los objetivos, más si se tiene en cuenta que el Parlamento Europeo se disolverá en abril de 2024.