Proxenetas

Cae en una trama que explotaba en el campo a mujeres moldavas y rumanas

MADRID
SERVIMEDIA

La Policía Nacional ha desmantelado en Brenes (Sevilla) una trama que explotaba en el campo a mujeres moldavas y rumanas, a las que captaban en sus países de origen con ofertas de trabajo manipuladas y a las que obligaban a trabajar en labores agrícolas hasta la extenuación.

Según informó la Policía este miércoles, en el marco de esta operación se ha liberado a 21 víctimas de explotación laboral en el ámbito agrícola y se ha detenido a 15 personas, a las que se acusa de organización criminal, trata de seres humanos, usurpación de identidad y falsedad documental.

Tras siete registros se intervinieron, entre otros efectos, tres coches de alta gama, cinco machetes de grandes dimensiones, un bolígrafo pistola, 15 teléfonos móviles de alta gama y tres ordenadores. La red también escondía joyas, más de 37.000 euros en efectivo y diversa documentación relacionada con su actividad delictiva.

Una de las víctimas, desesperada, se precipitó por una ventana para intentar huir del lugar donde la recluían. Se ha ordenado el ingreso en prisión de los tres principales miembros de la organización, una red criminal integrada por dos clanes familiares.

Los arrestados llevaban un alto tren de vida, mientras sus víctimas tenían que rebuscar en la basura para poder alimentarse. Los responsables no permitían a las víctimas beber ni comer durante la jornada laboral, pese a las altas temperaturas y al trabajo físico. Una de las víctimas, menor de edad, estaba embarazada y sufrió un aborto.

CAPTACIÓN EN REDES SOCIALES

La actuación policial se inició al tenerse conocimiento de la existencia de víctimas de trata de seres humanos en la localidad sevillana de Brenes. Las pesquisas permitieron descubrir una organización criminal integrada por dos grupos familiares.

Los integrantes del entramado desarticulado falsificaban la identificación de las personas a las que explotaban. Así, modificaban documentos rumanos o moldavos de estas personas para que no despertasen sospechas.

Captaban a las víctimas en sus países con anuncios y redes sociales, donde ofrecían trabajo y salarios ficticios. Una vez en Sevilla, las llevaban a Brenes y Cantillana, donde las alojaban en viviendas ocupadas en condiciones infrahumanas. No podían abandonar libremente los lugares.

Trabajaban en tareas agrícolas durante largas jornadas. No se les permitía beber ni comer pese al esfuerzo físico y el calor. Incluso tenían que buscar comida en la basura. Al finalizar la jornada, una víctima se desmayó en un supermercado y los implicados la sacaron arrastrándola.

(SERVIMEDIA)
21 Feb 2024
NBC/clc