Una vez que la junta general de accionistas del pasado 22 de marzo aprobó el dividendo, el banco procede a pagarlo mañana. Del total, unos 500 millones corresponderán al Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), y otros 922 millones serán para la Fundación “la Caixa”, suponiendo entre ambos prácticamente la mitad del dividendo.

El dividendo se carga a los resultados de 2023 y supondrá un ‘pay-out’ o porcentaje del beneficio del 60%, puesto que el año pasado la entidad ganó 4.816 millones de euros, un 53,9% más que en el año anterior.

Además, el dividendo que pagará mañana es el único suele abonar la entidad con cargo a los resultados y es un 70% superior al que del año precedente. Para 2024, la entidad prevé distribuir entre el 50% y el 60% del beneficio neto en dividendo y hacerlo en dos pagos: uno a cuenta en noviembre de este año y otro complementario en abril de 2025.

Igualmente, la entidad remunera al accionista mediante recompras de acciones y tiene en marcha un programa por un importe máximo de 500 millones, después del que finalizó el pasado mes de enero por el mismo importe y con el que el banco adquirió el 1,72% del capital social. Este segundo programa lanzado a mediados de marzo tiene una duración máxima de seis meses y busca acercar la ratio de capital CET1 al 12%.