Según notificó el banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), si se descuentan únicamente los extraordinarios, el beneficio se eleva un 33,3%, y si se contabilizan los impactos por la fusión, el resultado baja un 39,8%, ya que el beneficio en 2021 fue de 5.226 millones de euros por la aportación positiva a efectos contables de 4.300 millones del fondo negativo de comercio o ‘badwill’ y otros resultados extraordinarios asociados a la fusión.

Tomando los perímetros homogéneos y sin los atípicos, los ingresos del negocio bancario crecieron un 5,8%, hasta 11.997 millones, impulsados por el aumento del 7,7% del margen de intereses, hasta los 6.916 millones, y del 33,1% de los ingresos y gastos por contratos de seguros, hasta 866 millones. Los ingresos por comisiones netas crecieron un 0,6% y totalizaron 4.009 millones. Todo ello compensó los menores ingresos en la línea de participadas de bancaseguros (-26,2%).

El banco concedió 14.299 millones en hipotecas en España, lo que supone elevar un 108% la cuantía del año anterior. La ratio de morosidad se redujo a cierre de 2022 hasta el 2,7%, mínimo histórico y casi un punto por debajo del nivel de diciembre de 2021 (3,6%).

En cuanto a la política de dividendo, CaixaBank anunció un incremento del 58% del dividendo que abonará a cuenta de los resultados de 2022 y que será de 0,23 euros por acción, respecto a los 0,14 euros abonados con cargo al ejercicio anterior. Esto supondrá un ‘pay-out’ o porcentaje del beneficio destinado a dividendo del 55%.

En total, se repartirán 1.700 millones de euros, de los que aproximadamente la mitad los percibirán la Fundación ”la Caixa” y el Estado, a través del FROB, como principales accionistas.

Además, el consejo de administración de CaixaBank ha aprobado también la política de dividendos para el ejercicio 2023, consistente en una distribución en efectivo de entre el 50% y el 60% del beneficio neto consolidado, que se abonará en un único pago en abril de 2024.