Según el banco, el grupo continúa con su apuesta de priorizar la “gestión prudente del riesgo de crédito” a la obtención de beneficios, por lo que ha destinado “gran parte” de sus ingresos a provisiones y saneamiento y deterioro de activos financieros y no financieros, concretamente 376 millones de euros.

Los ingresos recurrentes crecieron gracias a “la evolución positiva de la actividad comercial”. Con ello, el margen de intereses se engrosó en un 54,9%, hasta los 768,7 millones de euros, mientras las comisiones netas aumentaron un 1,7%, hasta los 201,7 millones de euros, por la mayor actividad de desintermediación y la vinculación de la clientela.

La tasa de morosidad se redujo en 0,7 puntos y se situó en el 2,2%, “por debajo de la media sectorial”. A su vez, los riesgos dudosos totales disminuyeron un 21,5% interanual, tras reducirse 237 millones, al tiempo que la ratio de cobertura de los activos adjudicados aumentó hasta el 51,6 %.

En lo que se refiere a solvencia, la ratio ‘CET 1 fully loaded’ se situó en el 13,4 %, “cumpliendo así holgadamente los requerimientos regulatorios”.

ACTIVIDAD COMERCIAL

Los activos totales gestionados por Cajamar alcanzaron los 60.965 millones de euros y el volumen total de negocio gestionado fue de 97.202 millones de euros.

Mientras, los recursos gestionados minoristas subieron un 7,7 % interanual, hasta los 50.609 millones de euros, “en buena parte” por el avance tanto de los recursos minoristas de balance, que crecieron un 4,8%, como de fuera de balance, que se dispararon un 26,3%.

La inversión crediticia sana creció un 3,2%, hasta los 36.708 millones. La financiación a al sector agroalimentario supuso un 52,4% del total, a pymes y pequeños negocios, un 25,6%, y a las grandes empresas un 22%. El número de clientes de Cajamar superó los 3,7 millones.