Así lo afirmó este martes el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus (CAMS, por sus siglas en inglés), el programa de observación de la Tierra financiado por la UE.

Diferentes regiones de Canadá se han visto afectadas desde comienzos del pasado mayo por graves incendios forestales, que se extienden entre Columbia Británica, Alberta, Saskatchewan y los Territorios del Noroeste (oeste del país), y Ontario, Quebec y Nueva Escocia (este).

Las emisiones de estos incendios forestales hasta el 26 de junio son ahora las mayores emisiones anuales estimadas para Canadá desde 2003, año en que comienza el conjunto de datos del Sistema Mundial de Asimilación de Datos sobre Incendios (GFAS, por sus siglas en inglés).

El humo de estos incendios ha llevado a una degradación significativa de la calidad del aire en toda América del Norte e incluso llegó a través del Atlántico hasta zonas costeras de Europa en la segunda semana de junio.

Los incendios se desataron tras condiciones inusualmente secas y altas temperaturas. Comenzaron en la parte occidental de Canadá, pero se expandieron más tarde a las regiones orientales hasta sumar 160 megatoneladas de emisiones de carbono, que son las emisiones totales anuales más altas registradas en Canadá durante los últimos 21 años.

EUROPA

Un nuevo aumento en la intensidad de los incendios forestales en Quebec y Ontario a finales de la semana pasada causó un episodio particularmente fuerte de transporte de humo a larga distancia que cruzó el Atlántico Norte y llegó a Europa, con altos valores de profundidad óptica de aerosoles y monóxido de carbono.

“Es importante tener en cuenta que el transporte de humo a larga distancia, como este episodio, tiende a ocurrir en altitudes más altas donde la vida atmosférica de los contaminantes del aire es más larga, lo que significa que se manifiestan más como cielos brumosos con puestas de sol rojas/naranjas”, precisó el Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de Copernicus.

En consecuencia, no se espera que el transporte de humo previsto tenga un impacto significativo en la calidad del aire superficial. Los pronósticos del CAMS de las concentraciones de partículas (PM2.5 y PM10) en la superficie, que podrían aumentar las fuentes locales de contaminación del aire, están siendo analizadas de cerca en caso de que cambien.