Así se desprende de la segunda edición del estudio 'La reputación en fundaciones corporativas', una investigación elaborada por Villafañe con el apoyo de la Asociación Española de Fundaciones (AEF) y la colaboración de Fundación Endesa, Fundación Abertis, Fundación ONCE y Fundación Telefónica.

En la presentación del informe, que tuvo lugar este jueves, participaron expertos y directivos de las principales fundaciones españolas, que, reunidos en Espacio Telefónica (Madrid), hicieron balance de los resultados del estudio que señala que la sociedad valora positivamente la labor de las fundaciones pese a que un alto porcentaje de los encuestados advierten que conocen poco el trabajo que estas organizaciones desempeñan.

La apertura del acto corrió a cargo de la presidenta de la AEF, Pilar García Ceballos-Zúñiga, y de la directora general de Fundación Telefónica, Isabel Salazar, que destacaron la importancia creciente de las fundaciones corporativas en la cohesión social y su capacidad para impulsar soluciones innovadoras ante los grandes retos sociales.

Por su parte, la directora general de Fundación Endesa, María Malaxechevarría, señaló el "reto" que deben abordar las fundaciones corporativas para dar a conocer su actividad y hacerlo, indicó, de una forma transparente.

Malaxechevarría abordó junto al CEO de Corporate Excellence, Ángel Alloza, el papel de las fundaciones como palanca reputacional dentro del ecosistema empresarial, señalando la necesidad de seguir avanzando en métricas rigurosas que permitan analizar la aportación de las fundaciones.

Unos retos que quedan de manifiesto también en los resultados del informe, que expuso la directora de consultoría de Villafañe, Lissette Horta, quien destacó que, a pesar de que la sociedad aún tiene un conocimiento limitado sobre la labor de las fundaciones corporativas, un 69,2% de ciudadanos considera que son útiles y necesarias.

El estudio también señala márgenes de mejora, ya que un 47,2% de los encuestados considera que las fundaciones corporativas deberían tener un mayor grado de transparencia, sobre todo en la gestión económica, hacer más visible el impacto de sus actividades y desvincularse de los intereses comerciales de las empresas con las que comparten nombre.

Horta también señaló que según las conclusiones del informe, la fundación corporativa ideal es aquella que actúa con transparencia publicando sus cuentas, trabaja de forma profesional y eficiente y mantiene un enfoque humano. Pero también indica que una fundación corporativa debe comunicar sus evidencias e influir en las políticas públicas con transparencia.

La presentación del informe concluyó con una mesa redonda moderada por el director de Villafañe y responsable de gestión y análisis reputacional en Roman, Sebastián Cebrián, en la que participaron: la directora de Fundación Abertis, Georgina Flamme; el director de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad del Grupo Social ONCE, Fernando Riaño; además de Isabel Salazar y María Malaxechevarría.

Todos los expertos del sector de las fundaciones coincidieron en la necesidad de impulsar alianzas tanto en el ámbito público como privado para avanzar en el impacto que las acciones que las fundaciones ponen en marcha alcance al mayor número de personas. También incidieron en la necesidad de avanzar en la medición precisa de ese impacto que en muchas ocasiones tiene un valor inmaterial y de difícil conversión en un número, pero que es necesario evidenciar para que la sociedad valore las iniciativas de las fundaciones, convinieron.