Esas cifras proceden de un estudio realizado a cerca de 1,5 millones de personas mayores de 16 años en Inglaterra y publicado este jueves en la revista ‘The Lancet Public Health’.

La evidencia anterior sugiere un mayor riesgo de problemas de salud mental, como depresión y ansiedad, en las personas transgénero, no binarias y de género diverso en comparación con las cisgénero.

Sin embargo, proviene de investigaciones pequeñas centradas en grupos específicos, como estudiantes o pacientes que buscan atención médica de afirmación de género, que no son generalizables a toda la población.

El nuevo trabajo combina datos de las oleadas de 2021 y 2022 de una encuesta de pacientes de médicos de cabecera en Inglaterra, que durante el primero de esos años introdujo más opciones de respuesta a preguntas sobre identidad de género.

Las personas encuestadas, todas mayores de 16 años, pudieron elegir una de cinco respuestas para su género (femenino, masculino, no binario, prefiere autodescribirse y prefiere no decirlo) y a ellas se les preguntó cómo se comparaba su identidad de género con su sexo registrado al nacer con tres posibles opciones (cis, trans o prefiere no decirlo).

DOS PREGUNTAS

Los investigadores observaron las respuestas a dos preguntas. Una de ellas era ‘¿Cuál de las siguientes afecciones a largo plazo, si corresponde, tiene?”, siendo una de las opciones ‘Una afección de salud mental’.

Y la otra fue: ‘Durante su última cita con el médico general, ¿sintió que el profesional de la salud reconoció y/o comprendió alguna necesidad de salud mental que pudiera haber tenido?’.

De las 1.520.457 personas que respondieron, 7.994 eran transgénero (0,7%); 1.499.852, cisgénero (98,3%), y 12.611 prefirieron no decirlo (1,0%).

Un total de 2.600 personas no binarias (0,3%) y 2.277 que optaron por autodescribir su género (0,2%) respondieron a la encuesta, lo que permitió a los investigadores observar los resultados de estos grupos, que rara vez están representados en las estadísticas de salud.

Tras controlar la edad, los investigadores encontraron que todos los pacientes transgénero y no binarios tenían un mayor riesgo de informar una condición de salud mental a largo plazo que los hombres y mujeres cisgénero.

El mayor riesgo lo tenían los pacientes transgénero no binarios, de los cuales uno de cada dos informó tener una condición de salud mental a largo plazo (47,2%).

Para los hombres y mujeres transgénero y para los pacientes cisgénero no binarios, el riesgo fue aproximadamente de uno entre seis (16,4%, 15,9% y 15,8%, respectivamente).

El riesgo para hombres y mujeres cisgénero fue el más bajo: uno de cada diez (8,8% y 12,0%, respectivamente).

“DISCRIMINACIÓN GENERALIZADA”

Luke Munford, profesor titular de Economía de la Salud de la Universidad de Manchester (Reino Unido), apunta que las personas trans, no binarias y de género diverso se enfrentan a “una discriminación generalizada, lo que genera interacciones sociales estresantes y sentimientos de inaceptación, lo que aumenta el riesgo de mala salud mental”.

“Además, la disforia de género (una sensación de malestar debido a un desajuste entre el sexo biológico de una persona y su identidad de género) puede aumentar el riesgo de mala salud mental entre algunas personas trans, no binarias y de género diverso”.

La encuesta no pidió detalles sobre la condición de salud mental, pero investigaciones anteriores han indicado que las condiciones de salud mental comunes, como la ansiedad y la depresión, así como los trastornos alimentarios, las autolesiones y las tendencias suicidas, son más comunes entre las personas transgénero, no binarias y grupos de género diverso.

Mientras, se cree que las enfermedades mentales graves, como la esquizofrenia o el trastorno bipolar, ocurren en tasas similares a las de la población cisgénero binaria.