De acuerdo con ese balance, la contrapartida principal de esta ayuda fue la integración de la imagen comunitaria en los dos principales acontecimientos televisados de los Juegos, la inauguración y clausura.

Además, la televisión de alta definición europea gozó de una especial promoción a través de los medios de comunicación y en las publicaciones distribuidas entre el público.

La CE también subvencionó, aunque con menos dinero, 4 millones de ecus, al comité organizador de los Juegos Olímicos de invierno en la ciudad francesa de Albertville.

Con el apoyo de ambos comités, la Comisión Europea llevó adelante una campaña de información sobre la Comunidad y el mercado único de 1993, por un importe total de 4,5 millones de ecus.

La CE también tuvo que realizar una campaña de imagen entre los periodistas acreditados en los juegos para evitar la repetición de las críticas recibidas en las Olimpiadas de Seúl, en la que se acusó al a Comunidad de injerencia política e intervención contrara al espíritu olímpico.

Los responsables de la CE recurrieron a "dossiers" de prensa, comunicaciones e incluso encuentros con los autores de las críticas más acerbas para intentar demostrar que su presencia en los Juegos respetaba la carta olímpica.

La campaña se propuso igualmente, en respuesta a las acusaciones de despilfarro de los fondos públicos, demostrar a los organizadores que se trataba de inversiones útiles.