Así lo manifestó la entidad tras la formación del nuevo Gobierno. La Confederación dio la bienvenida a los nuevos ministros que lo conforman y se psuo a su disposición para debatir sobre las diferentes cuestiones relacionadas con el alzhéimer y sus consecuencias. En particular, Ceafa quiere llamar la atención del nuevo Gobierno de España sobre los aspectos que exigen a una atención detallada.

En la actualidad hay 1.200.000 de personas con alzhéimer en España, cifra que se aproxima a los 5.000.000 si se cuenta con las familias y por ello considera esencial tomar conciencia real sobre la dimensión del alzhéimer y sus consecuencias en la persona, la familia y la sociedad, enfrentando el problema que representa la demencia para millones de personas en España.

También señaló que es importante reconocer el impacto económico que la demencia tiene sobre la economía del país en general y de las personas en particular. “Sólo el coste de atender a una persona con demencia en su domicilio supera el 3% del PIB anual, siendo el 80% asumido por las familias”, indicó.

La entidad también recordó que existen nuevos perfiles de personas afectadas, por ello se deben sentar las bases para comprender las necesidades específicas que presentan a lo largo de la evolución de la enfermedad. En este sentido, dijo que se deben poner en marcha a la mayor brevedad los engranajes que permitan elaborar un plan nacional de alzhéimer contemplando desde el primer momento una dotación presupuestaria adecuada en cantidad y calidad, ya que “con el plan anterior España ha perdido cinco años que van a ser difícil de recuperar. Pero un plan nacional es una herramienta de indudable valor para favorecer y ordenar el abordaje integral del alzhéimer y la demencia, contando, siempre, con su correspondiente presupuesto para hacer frente a las inmensas necesidades que la demencia plantea en España”, afirman desde la entidad.

Ceafa también aboga por favorecer el contacto y la comunicación entre los Ministerios de Sanidad y Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, con el fin de generar el caldo de cultivo propicio para avanzar hacia estrategias de integración sociosanitarias. “Sólo desde una perspectiva de integración de los recursos sociales y los sanitarios podrá enfrentarse de manera decidida el problema del alzhéimer, considerando tanto su dimensión como enfermedad como las consecuencias sociales que genera para la persona, la familia y el conjunto de la sociedad”, añaden.

Finalmente, la entidad expone que es necesario reconocer la demencia como una entidad propia, independiente y específica, evitando tratarla dentro de otros colectivos con los que mantiene cierta afinidad, “pero de los que la separan más elementos o factores que hacen que la demencia deba ser considerada de manera específica”.