Así lo demandó en un comunicado emitido después de que la Comisión Europea propusiera este martes una reducción del 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE para 2040, en comparación con los niveles de 1990, con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

Para lograr este objetivo, la Organización Europea de Consumidores BEUC, de la que la Federación de Consumidores y Usuarios CECU es miembro, hizo un llamamiento a los responsables de la toma de decisiones para que “prioricen” la puesta en marcha de las “ambiciosas” legislaciones climáticas que ya han sido aprobadas, según precisó la federación.

A este respecto, su director, David Sánchez, advirtió de que este “no es el momento de sembrar dudas sobre el compromiso contra la crisis climática y por la sostenibilidad de la UE”. “Es el momento de que los responsables políticos pongan en marcha la legislación aprobada en los últimos tiempos”, abundó, convencido de que la transición climática y ambiental es, “sin duda, un reto que debe realizarse dialogando con todos los sectores y garantizando una transición justa” y de que “paralizarla, o peor aún, dar un giro de 180 grados, lo haría todo mucho más difícil”.

La federación subrayó que entre estas leyes se encuentran las que pretenden fomentar una movilidad sostenible, pero también las que tienen como objetivo “transitar hacia modelos alimentarios más sostenibles”, teniendo en cuenta que la producción de alimentos “supone alrededor del 10,3% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la Unión Europea”.

Tras puntualizar que entre los compromisos adquiridos por la Comisión Europea en su estrategia ‘De la granja a la mesa’ se encuentra la propuesta de ley de Sistemas Alimentarios Sostenibles, que debería haberse adoptado a finales de 2023, llamó a “retomar urgentemente” dicha propuesta de ley, que persigue “facilitar y hacer más rápida” esta “transición” para los consumidores.

En este contexto, Sánchez, recordó que los consumidores “están dispuestos a cambiar su forma de comer y a desempeñar su papel en la lucha contra el cambio climático, siempre que los alimentos sostenibles y saludables estén más disponibles y sean más asequibles”.

En la misma línea, el responsable de alimentación de CECU, Eduardo Montero, advirtió de que “rebajar las condiciones de producción no es el camino”. “Queremos comer mejor y, para ello, debemos exigir que todos los alimentos que se venden en Europa tengan las mismas obligaciones de producción que las que exigimos a nuestras productoras”, sentenció.

“No puede ser que mientras la Aesan recomienda aumentar el consumo de fruta, verdura y legumbres de temporada y proximidad, en los supermercados estas opciones sean las menos disponibles. No puede ser que mientras quienes producen alimentos sanos y sostenibles lo tienen cada vez más difícil, las estanterías estén llenas de productos traídos desde miles de kilómetros, producidos de forma menos sostenible y que promueven dietas menos saludables”, aseveró Montero.

A este respecto, juzgó “necesario” que los supermercados “asuman su responsabilidad”, al tiempo que exigió al Gobierno y a la UE la adopción de “todas las medidas a su alcance para favorecer una alimentación justa y adecuada”.