El proyecto, cuya primera fase ya está terminada, intenta mejorar las condiciones de seguridad marítima y de lucha contra la contaminación en la zona de Cabo de Finisterre, considerada como uno de los "puntos negros" del tráfico marítimo español.

Del presupuesto global, 2.000 millones se destinarán a la contrucción de una torre de seguimiento del tráfico marítimo en el Monte Enxo, de la localidad coruñesa de Porto do Son.

El sistema que se aplicará será el llamado Dispositivo de Finisterre, fijado por la Organización Marítima Internacional (OMI), y que obliga a ordenar el tránsito en la zona mediante una franja de agua reservada.

La decisión ha levantado las protestas de los pescadores de la zona, cuyos caladeros están situados en ese mismo lugar y a los que no pueden acceder por razones de seguridd.

Además, la torre dispondrá de sistemas de seguimiento por rádar de los barcos que trasiten por la zona y vigilará el cumplimiento del Reglamento Internacional contra Abordajes.

Otras dotaciones del futuro Centro de Coordinación Gallego, cuya inauguración está prevista para el mes que viene, serán tres helicopteros, de los que dos serán aportados por la Xunta y uno por Marina Mercante y tres remolcadores de altura.

La torre de control dispondrá también de tres lanchas de salvamento, que vedrán a ampliar los servicios seguridad que Marina Mercante tiene asignados. Hasta ahora, prestan estos labor cuatro embarcaciones especiales con base en Carino, Porto do Son, Algeciras y Arrecife.

Una de las nuevas lanchas de salvamento es la "Torre de Hercules" inaugurada el pasado fin de semana, embarcación que ha sido probada en aguas noruegas, cuyas condiciones son similares a la zona de Finisterre, y que dispone de una gran capacidad de maniobra y recogida de naufragos.