Esta evolución se registra debido a la evolución de sus dos componentes con los que se elaboran. Por un lado, la valoración de la situación actual, que sube respecto a noviembre 2,7 puntos, hasta alcanzar los 70,1 puntos, y la valoración de las expectativas, que registra un descenso de 0,8 puntos y llega hasta los 85,2 puntos.

El Índice de la Situación Actual se incrementó reflejo de la evolución de sus tres componentes: la valoración de la situación económica actual sube 3,1 puntos respecto al mes de noviembre, situándose en 58 puntos; la valoración de la situación de los hogares crece 5,9 puntos, alcanzando los 79,6 puntos, mientras que la valoración del mercado de trabajo llega a 72,6 puntos, lo que supone un leve descenso respecto a noviembre de 0,6 puntos.

En relación con el mes de diciembre del año anterior la evolución interanual de la confianza del consumidor es positiva y aumenta en 9,6 puntos.

Esta mejora es debida al aumento de 14 puntos de la valoración de la situación actual en el último año y a una mejora de 5,2 puntos en las expectativas de futuro respecto a diciembre de 2022. En términos porcentuales, el aumento del ICC es todavía mayor, aumenta un 14,1% desde el mes de diciembre del pasado año, como resultado de la mejora del 24,9% en la valoración de la situación actual y del 6,5% en la valoración de las expectativas en los últimos 12 meses.

El Índice de Confianza del Consumidor se calcula como media aritmética de los balances de la situación actual de la economía familiar, de la economía española y del empleo, respecto a la que existía hace seis meses, y de las expectativas respectivas para los próximos seis meses. Tanto el ICC, como los propios índices de situación actual y de expectativas, pueden tomar valores que oscilan entre 0 y 200. Por encima de 100, indica una percepción positiva de los consumidores y por debajo de 100 una percepción negativa.