El club tiene como fin, según su presidente, el de poner "una tasa de sentido común y de racionalidad en todas las cosas que se mueven sobre el tabaco. Si el tabaco realmente mata, como se dice desorbitadamente, pues 10 millones de fumadores esañoles tendríamos que estas ya medio muertos".

A su juicio, "decir que el cigarrillo mata es una barbaridad que nadie podría digerir", aunque reconoció que es un hábito que no deben practicar aquéllos que no tienen buena salud o que noten que fumar les sienta mal.

En su opinión, "se ha puesto de moda toda esta lucha del tabaco y, por ejemplo, el presidente Bill Clinton, en el primer cuatrienio de su mandato, quiso poner un dólar adicional para todos los paquetes cigarrillos para resolver muchos poblemas que tiene la sanidad de ese país".

El presidente del Club por la Tolerancia dijo que "todas las informaciones que se produzcan en torno a ese tema se magnifican y se desorbitan, sobre todo en el período estival, donde la carencia de información es evidente".