El proyecto de norma prevé regular y armonizar el contenido y la estructura de los cursos (duración, maniobras, etc.), y establece un sistema de certificación para las entidades interesadas (autoescuelas, asociaciones, clubes de conductores, entidades aseguradoras o fabricantes).

En el informe que ha elaborado a petición de Interior, la CNMC considera "positiva" la regulación porque "no fija un máximo de operadores ni limita las tarifas que pueden cobrar".

No obstante, cree que el texto ministerial "impone requisitos para impartir los cursos que podrían aumentar los costes, sobre todo para los centros de las zonas con menos demanda (zonas rurales), y reducir la competencia en favor de los operadores más grandes", según explica el supervisor en un comunicado.

RIESGO DE CONCENTRACIÓN

Competencia teme que las consecuencias sean la concentración del sector, la reducción de las opciones para los alumnos y unos precios más caros, que podrían derivar en menos conductores con esta formación.

Por ello, la comisión propone que los centros que deseen impartir diferentes cursos (turismos o motocicletas) deberían certificarlos mediante un trámite único, sin tener que iniciar un procedimiento por cada curso.

También defiende que se permita la formación conjunta a alumnos de diferentes cursos cuando sigan una misma materia, y quela parte teórica pueda impartirse en modalidad online o híbrida.

Asimismo, la CNMC aboga por replantear los límites "tan estrictos" en las ratios de alumnos por curso o por monitor, cuando no haya una justificación clara, así como loslos motivos que impiden a los alumnos aportar su vehículo (curso de conducción en turismo), pero sí que se lo permiten a los de motocicletas.