Sánchez explicó, en declaraciones a Servimedia, que a estas pérdidas, producidas en algunos cultivos de regadío, apícolas y en el ganado vacuno, habría que sumar las posibles pérdidas que pueda generar la sequía hasta finales de septiembre en el sector vinícola y en otras cosechas como la de las almendras o los olivares.

En esta línea, informó de que la falta de agua en los cultivos ha generado unos descensos en la producción de hasta un 80% en algunas zonas y mostró su preocupación porque estos problemas se registrasen este verano "incluso en zonas históricamente buenas" como Castilla y León.

Desde COAG aplauden las medidas que ha planteado hasta el momento el Ejecutivo, aunque reconoció que "hay que corregir los defectos que tienen algunas de ellas", como por ejemplo el hecho de que "se obligue a suscribir un seguro de sequía para acogerse a un préstamo".

Por esta razón, Sánchez explicó que es necesario "seguir de cerca la situación de la sequía" para ver la realidad a la que se tendrán que enfrentar los agricultores este otoño, y mostró su inquietud porque esta escasez de agua "se pueda convertir en un enlace con el problema de la sequía del año anterior".

Si esto ocurriera, tendría lugar, según Sánchez, "una situación catastrófica", por lo que aconsejó "aprovecharse de las experiencias que hemos vivido este año" con el fin de hacer unas previsiones "sin improvisaciones", y que tanto agricultores como ganaderos "tengan a qué acogerse y puedan contemplar más medidas para poder mantener su empleo".