Así lo indicó en una entrevista en Servimedia el director del Área de Colegios CEU, Raül Adames, que remarcó que el tema de la convivencia es una cuestión "importante" en la institución educativa. "Tienen que ser lugares donde los alumnos, cada uno con sus características, se sientan bien", remarcó.

"A veces hay alumnos que ese espacio seguro lo violentan, no actuando de una manera adecuada. Yo huyo de hablar de víctima y acosador, porque cuando miras cada caso hay que matizarlo, sin quitar la importancia del hecho. Todos nuestros alumnos tienen que vivir en un espacio seguro y tienen que estar a gusto en nuestros centros. La manera de tratarlo tiene que ser muy adecuada", explicó.

Esa forma de abordar esta lacra incluye en el Programa AVE "una parte preventiva" con un test psicométrico que se pasa a los alumnos cada año. "Detectamos posibles situaciones de sufrimiento por temas de convivencia escolar que a veces de manera ordinaria no los detectas", subrayó el experto, que también extendió a que esa detección se puede realizar "en el día a día del colegio" o porque alguna familia o alumno lo comunican al centro.

Así, la peculiaridad de este programa rompe con la tónica que suelen seguir los protocolos más habituales contra el acoso, que suelen limitarse a pasar a la acción cuando ya existe la situación. Con el AVE se identifican las causas del acoso para atajarlo de raíz. Asimismo, contempla la medición de las acciones, el seguimiento por parte de profesores y facilitadores y una serie de buenas prácticas para el aula.

Además, se otorga al alumnado un papel protagonista en la prevención del acoso. De este modo, es el propio grupo quien señala las buenas prácticas y las situaciones que no se deben producir. Con esto se consigue vigilar el cumplimiento de esas prácticas, tomando la iniciativa de ser necesario para evitar que se desencadene el acoso. La sanción moral del grupo tiene un fuerte peso para neutralizar cualquier tipo de situación indeseada.

Según el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en centros de Educación Primaria en España el 9,53% del alumnado indica haber sufrido acoso escolar. El 9,2% ha experimentado ciberacoso. Por otra parte, el 4,58% admite haber acosado alguna vez a un compañero y el 4,62% haber ciberacosado a una persona. Entre las familias, el 7,7% afirma que cree que su hijo ha sido acosado.