Según fuentes del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), las sospechas recaen sobre individuos cercanos al entorno de Mario Conde, que habrían seguido al juez no sólo en territorio español, sino también durante sus desplazamientos a otras ciudades europeas.

El objetivo de este espionaje ería conseguir alguna información sobre el magistrado suficientemente comprometedora para que le obligase a dejar de instruir el caso, con el fin de que pasara a manos del juez Miguel Moreiras, titular del Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional.

Para evitar que continúe esta situación, según la Ser, se han reforzado considerablemente los servicios de escolta y contravigilancia asignados al magistrado. Además, se han efectuado barridos de las líneas telefónicas que habitualmente utiliza Garca-Castellón para detectar posibles pinchazos telefónicos, aunque de momento no se ha detectado ningún tipo de irregularidad.