Conde-Pumpido se refería así a las críticas que contra las decisiones del tribunal de garantías y respondiendo a todos aquellos que pretenden “desacreditar al supremo intérprete” de la Carta Magna. En un breve discurso de apertura, el presidente del TC insistió en que han sido los Poderes del Estado los que han designado al Constitucional para que dicte resoluciones de gran calado y para velar por los derechos fundamentales.

Desde ese punto de vista, dijo, no es comprensible que se “ponga en cuestión la independencia del Tribunal Constitucional porque a unos cuantos no les gusta resoluciones concretas” que pueden tener repercusiones políticas. El anfitrión del Congreso pidió consenso entre las cortes constitucionales de diferentes países para promover los derechos fundamentales y la expansión de los principios de la democracia en el mundo con el objetivo de “resolver conflictos pacíficamente”.

Conde-Pumpido considera que existen tres principales “riesgos” para la “independencia” de los tribunales constitucionales. El primero es “la interferencia política” sobre la corte, así como “las manifestaciones” que otros poderes del Estado al “desautorizar” las decisiones del TC, “cuando es el máximo garante de los derechos fundamentales”.

En segundo lugar, el presidente del Constitucional español aludió a “las maniobras u obstaculizaciones que se producen en la ejecución de las sentencias de los Tribunales Constitucionales", pese a que son los garantes máximos de la Constitución y “no pueden ser cuestionados por ningún tribunal”.

Finalmente, Cándido Conde-Pumpido citó como tercer elemento de riesgo “las campañas políticas o mediáticas que tratan de desactivar las resoluciones del TC, cuando se dice que sus sentencias no son equitativas”.