Los tres argelinos scuestraron un avión de la compañía Air Argelie y lo desviaron hacia el aeropuerto de Palma para pedir la liberación de los presos políticos de su país, amenazando con hacer estallar una bomba que resultó ser una caja de cartón con un molinillo en su interior.

Ahora deberán cumplir la condena en cárceles españolas, ya que así lo establece la normativa vigente al ser la pena mayor a un año prisión, siempre y cuando el Gobierno argelino no solicite su extradición, que en principio está descartada.

Sgún la sentencia, la imposición de una condena inferior a la reclamada por el fiscal se debe a que el tribunal ha estimado parte de sus alegaciones durante el juicio, en el sentido de que secuestraron el avión de Air Argelie porque temían ser asesinados en su país de origen.

El tribunal estimó también la atenuante de "estado de necesidad" para justificar la no aportación de algunas pruebas en su defensa, a fin de no implicar a familiares o amigos que siguen residiendo en Argelia y que podrían ser objeo de amenazas.

Los acusados insistieron en el juicio en que su acción estaba motivada en las amenazas de muerte de que habían sido objeto en su país por parte de grupos integristas islámicos y que, por tanto, su única intención era la de huir a algún país europeo donde pedir asilo político.

No obstante, en sus conclusiones definitivas, el fiscal destacó las contradicciones de los secuestradores, puesto que en su carta de reivindicaciones, durante el secuestro, exigían la liberación de todos los pesos políticos integristas mientras que, por otra parte, aseguraron que estaban amenazados de muerte por los mismos integristas.

Por su parte, la defensa reiteró la petición de absolución para los tres acusados, alegando "miedo insuperable y estado de necesidad".

Los hechos se remontan al mes de noviembre de 1994. Los tres jóvenes obligaron al comandante del avión a cambiar de ruta y dirigirse hacia España; le amenazaron diciéndole que harían explotar una bomba que en realidad era una caja de carón con un molinillo de café en su interior. En el avión de Air Argelie viajaban en el momento de secuestro 28 pasajeros y cuatro tripulantes.

El aparato aterrizó en el aeropuerto de Palma, Son San Joan, donde permaneció casi ocho horas secuestrado. Los acusados exigieron entonces la liberación de los presos políticos de Argelia y la reanudación del proceso democrático. Los secuestradores depusieron su actitud tras llegar a un acuerdo con las autoridades.