El hecho ocurrió cuando Silvestre Palaku Katsuva, oriundo de Keru (Zaire) y de raza negra, que tenía la nacionalidad española, salió del bar que rengentaba en la capital murciana y se encontró con el acusado, de 22 años, al que acompañaban otras personas que por entonces formaban un grupo de los denominados "cabezas rapadas".

El juez indica en la sentencia que el 'cabeza rapada' se dirigió a Silvestre de "manera ofensiva y amenazadora, diciéndole negrohijo de puta, te vamos a quemar", por lo que éste se entrevistó con el padre del joven que le insultó para que le reprendiera su actitud. Tras unos días, el joven volvió a amenazar a Silvestre, al que le dijo que si no se marchaba de su casa lo iba a matar.