Según los ecologistas, los estados más ricos intentan imponer a los países del sur, "mediante el Banco Mundial, políticas de población coercitivas, y en nombre e la planificación familiar se controla y manipula la reproducción a través de condenables métodos como las esterilizaciones masivas, la aplicación de vacunas contra la fertilidad, etcétera, que son sumamente nocivas para la salud de las mujeres".

La organización conservacionista está a favor de establecer sistemas de planificación familiar integral, que permitan a las mujeres escoger las mejores soluciones para ellas y su entorno.

Sin embargo, Aedenat considera que tanto los gobiernos de los paíes del norte, como el Vaticano, intentan imponer a los estados del Tercer Mundo su sistema de valores y un concepto de calidad de vida que promueve un modelo de desarrollo "depredador".

Para los ecologistas, el origen de los problemas medioambientales que sufre el planeta no radica en el aumento demográfico que experimentan los países del Tercer Mundo, sino en el modelo de desarrollo de los estados industrializados.