EL CONSEJERO DE SALUD DE LA CAM ARREMETE CONTRA EL NEOLIBERALISMO Y DEFIENDE LA SOCIALDEMOCRACIA "EN SU ESTADO MAS PURO"
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Pedro Sabando, consejero de Salud de la Comunidad de Madrid (CAM) y ex subsecretario de Ministerio de Sanidad, pronunció la pasada semana un discurso sobre "Entorno urbano y Estado de bienestar", dentro de los encuentros que cada 15 días realiza la Federación Socialista Madrileña (FSM), donde arremetió contra las posturas neoliberales y defendió aplicar políticas socialdemócratas "en su estado más puro".
La conferencia del responsable de Salud comenzó con una defensa del estado de bienestar como "un instrumento corrector de las desigualdades, mediante el desarrollo de políticas equitatias y solidarias".
El ponente, médico experto en reumatología y dirigente del CEPES (Centro de Estudios Políticos, Económicos y Sociales), que aglutina a los sectores más a la izquierda del PSOE, justificó esta postura porque "su esencia descansa en la consideración del ciudadano como sujeto con derechos sociales, a los que accede en pleno uso de su libertad y ciudadanía, sin menoscabo de la propia dignidad como persona".
Tras criticar "la desideologización que en el último decenio recibimos desdemuchos púlpitos", este médico socialista, natural de Asturias, apostó "por la contraideologización que se asienta firmemente en el liberalismo más pragmático".
"Lo que estos hegelianos nos presentan como pérdida de idearios y creencias no es sino el fuerte empuje de los valores que sustentan el liberalismo, que, por su notable renuncia a la ética social, ellos mismos ocultan pudorosamente tras el velo de un pragmatismo neutral o técnico".
Para Sabando, la contradicción más patente para el neolibealismo es que "debe pronunciarse en un terreno social dominado por algo que resulta arriesgado: los estados de bienestar desarrollados a lo largo del siglo".
En contraposición con los postulados neoliberales, el consejero de Salud de la CAM defendió el pensamiento socialdemócrata, "que tiene sus señas de identidad en el estado democrático y las instituciones del estado del bienestar".
En su opinión, no es de extrañar que los servicios públicos sean "algo así como el escenario donde las fuerzas deprogreso y los conservadores pugnan por imponer sus lógicas o al menos pugnaban".
Por un lado, calificó la visión liberal como defensora de la "equidad que incentiva la irresponsabilidad individual, de la solidaridad que beneficia a los indolentes o incapaces y de la protección en los distintos sectores como un problema de responsabilidad individual".
Por el otro, citó la visión igualitaria como parte del axioma de que la equidad es el marco ético de la acción del Estado y de que la solidaridad dstribuye desigualmente los recursos, como desigualmente están distribuidos los riesgos y la riqueza.
En resumen, para el consejero de salud, "la visión igualitaria es profundamente ética, pero con lógicas ineficientes, y la liberal tiende a ser eficiente pero es profundamente injusta".
Esta defensa a ultranza del estado del bienestar es tal vez en este período cíclico de recursos escasos una necesidad apremiante, según Sabando.
Se mostró contrario a renunciar al compromiso de buscar un mejorequilibrio entre el objetivo irrenunciable de satisfacer las expectativas individuales y colectivas de los ciudadanos y racionalizar las exigencias económicas de nuestro tiempo.
Defendió acometer con tenacidad el reto de las transformaciones estructurales del estado de bienestar, reorientando la gestión del cambio hacia fórmulas más cooperativas e integradoras de todos los agentes sociales, "asumiendo la participación de los sindicatos para consolidar estas políticas".
Tras afirmar que el estado e bienestar es una pieza fundamental en la estabilidad política de los países y una fuente de legitimidad de poder ante las clases más pobres, Sabando señaló que en las actuales circunstancias económicas "es necesario introducir correcciones y ajustes para dotarlos de medios de gestion congruentes".
En su opinión, para oponer con firmeza el debate político e ideológico al neoliberal, no basta con enarbolar valores y nobles ideas, sino que es necesario plantear estrategias empresariales públicas apropidas, en respuesta al desafío de garantizar un funcionamiento satisfactorio y eficiente del sistema.
"La mejor fórmula para poner a salvo estos valores -equidad, solidaridad, papel integrador y equiliobrador del Estado- es aceptar con responsabilidad la bondad de un proyecto de cambio social, además de servir como instrumento de desarrollo de la acción ética del Estado, de ser legitimado plenamente por los ciudadanos", concluyó.
(SERVIMEDIA)
08 Dic 1992
SMO