Según datos de un estudio encargado por la dirección general, los desplazamientos en coche de una localidad a otra con motivo de las fiestas de verano suponen un aumento del 400 por ciento en el riesgo con respecto a los viajes laborales. Preisamente durante el presente mes de agosto se concentran la gran mayoría de las fiestas patronales en los pueblos de España.

El aumento del tráfico rodado, la euforia que producen los encuentros gratos, el consumo de alcohol y la confianza de los conductores en que conocen perfectamente el recorrido que han de hacer -generalmente distancias cortas-, son los principales factores de riesgo.

Sin embargo, el reportaje de "Tráfico" señala que el alcohol no es necesariamente el causante de muchos de lo accidentes, ya que las circunstancias vacacionales y una menor percepción del riesgo en los jóvenes también influyen en la siniestralidad.

Según el informe, "es muy frecuente que durante el verano muchos jóvenes recorran todas las fiestas de los pueblos en un radio de 30 kilómetros; generalmente van varios en un coche y el que conduce tiene el carné bastante reciente".

"Una vez repartidos y acoplados en los vehículos disponibles", continúa la autora, "se ponen en marcha, con la radio a todo voluen, mientras los ocupantes cantan y se mueven a su ritmo; prestan menos atención a la conducción, salvo para pisar el acelerador y gastar bromas a los otros coches".

Al regresar, de madrugada, con varias copas encima, cansados y somnolientos, no están en las mejores condiciones para circular por carreteras comarcales o locales, con el pavimento deteriorado y curvas peligrosas y la posibilidad de accidentarse es mayor.